La sexualidad engloba una serie de condiciones culturales, sociales, anatómicas, fisiológicas, emocionales, afectivas y de conducta, relacionadas con el sexo que caracterizan de manera decisiva al ser humano en todas las fases de su desarrollo.
La sexualidad es un término dinámico. No podemos encajonarla como algo estático y predecible, sino como un todo que envuelve la vida de la persona, que evoluciona a lo largo de la historia personal de cada individuo.
La sexualidad tiene que ver con nuestra forma de ser y de estar en el mundo.
En definitiva la sexualidad:
Hace referencia a la forma en que las personas vivimos, nos desarrollamos y nos sentimos seres sexuados.
Es inherente a las personas, es única.
Incluye el sexo biológico, el género, la identidad y orientación sexual, el contexto sociocultural y la relación de afectividad.
Se manifiesta y expresa en pensamientos, comunicación, fantasías, actitudes, deseos, emociones, placer, conductas y prácticas sexuales.
No hay una única forma de vivir la sexualidad, hay tantas sexualidades como personas que vivimos y desarrollamos nuestra sexualidad.
La sexualidad es uno de los temas que no se enseñan en ningún lado. Yo diría que existe una no educación de nuestra sexualidad. Por tanto la tenemos que ir aprendiendo a través de nuestra experiencia. El problema es que si nosotros no crecemos como personas tampoco crece nuestra sexualidad, de ahí que se viva la sexualidad desde el miedo y el bloqueo corporal. Nuestra sexualidad es el resultado de cómo se ha vivido en nuestro entorno tanto social como familiar.
Para poder acceder a una sexualidad satisfactoria y saludable se tiene que tener en cuenta a toda la persona en su globalidad sino lo único que se hace es ir poniendo parches que a la larga dejaran de tener su función.
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